De la corrupción y la ética policial

Dicen que la respuesta del Gral. Palomino a quien le preguntó por las causas de su renuncia fue: “Me tenían cacorro tantas maricadas y comentarios chimbos”. La abuelita le pregunta a su nieto: “Mijo, usted que es policía no me cogió una caja de vaselina que tenía en el tocador?”, “Mijo, usted que estudió Contabilidad venga y mire si el Gral. Palomino es activo o pasivo”. Además, dizque le han cambiado el nombre a la Escuela de Policía General Santander por “Locademia de policía”.

Libardo-García gallego

Por Libardo García Gallego

Estos son algunos de los chistes que circulan por las redes sociales. Una Institución tan necesaria para la sociedad ahora es objeto de burla en lugar de recibir una crítica implacable y seria por su corrupción moral interna.

La principal acusación contra la policía nacional no es que a su interior haya existido o exista una “comunidad del anillo”, caracterizada por la prostitución homosexual masculina. Los policías tienen el derecho a que se les respete su gusto sexual, pero lo que sí es repudiable, condenable, imperdonable, es que asesinen a una cadete por conocer demasiado sobre la red involucrada.

Como tampoco son perdonables  las bandas criminales conformadas por policiales para saquear apartamentos, como ocurrió en Bogotá; para traficar con estupefacientes, como sucedió en las ollas del centro de la capital; para estafar a transportadores, como lo hicieron en Nariño, cargándolos con coca o marihuana para después ordenar a sus compinches de los siguientes retenes el cobro de la respectiva coima.

Y esto apenas es una muestra, sin mencionar las violaciones de los Derechos Humanos y las arbitrariedades cometidas a diario, junto al tenebroso ESMAD, en la disolución de mítines y manifestaciones.

Sabemos que una gran parte de la sociedad está corrompida y en medio de tanta podredumbre social no es fácil vivir a la usanza de quienes aún respetan las directrices de la Ética tradicional, de la recta moral.

Cuando el ejemplo de rectitud moral debería darse desde los poderes públicos y en éstos lo que abunda es la corrupción, ¿qué podemos esperar de los estratos inferiores donde cunden la ignorancia, las necesidades vitales, el rebusque, la infelicidad, el sálvese como pueda?. La pregunta del millón: ¿Cómo puede una persona con el antecedente non santo de haber sido motor de la “comunidad del anillo” llegar a ser Gobernador de un departamento? Pregúntele al Gobernador del Casanare, Jeison Jair Castellanos.

Argumentan algunos que la policía se ha corrompido debido a sus bajos salarios. Si es por esa causa o excusa, entonces extendámosla a toda Colombia porque la situación es difícil para la mayoría cuando un salario mínimo no alcanza ni para la alimentación de una familia, cuando el desempleo abarca el 10 ó 15% de la población económicamente activa, cuando la informalidad llega al 40 ó 50% de la PEA, y cuando, en contraste, un sector considerable de la élite, estratos 5 y 6, disfrutan de salarios entre 14 (más de 20 veces el mínimo mensual) y $70.000.000,oo.

A propósito, les hago esta ingenua pregunta: ¿Y cómo haría el Gral. Palomino para llegar al pináculo de la sociedad ostentando una enorme fortuna representada en tractomulas? ¿Trabajando honradamente?

En todo caso, esta podredumbre no desaparece con el cambio del Director de la Policía Nal. Aquí está comprometida la moral pública y privada del país, por ello los cambios tienen que ser estructurales, incluyendo entidades estatales y privadas, restableciendo los valores inherentes a un Estado decente.