Por John Alexander Tabares
Estamos hechos de
encuentros y despedidas
Como una obra de teatro
donde salen y entran
los personajes.
Ayer oí que me amabas.
Demasiado tarde.
Hay palabras que nunca se
dicen en el momento apropiado.
Sólo los que saben que van a morir
se despiden.
Tú no dijiste adiós;
por eso vives en mí.
A pesar de muerta, la sombra
no encuentra el laberinto que
va a tu olvido.
Hay palabras a destiempo que
una vez dichas nunca
se apagan.
Vives en una frase
de eterno encuentro y despedida.
Ahí veo tu rostro.
Flotas en el aire
como un silencio de vaivén.
Las noches están llenas de
ruido. No hay lunas para el
desesperado.
Dime: ¿es posible escapar de ti
sin encontrarte?
¡Oh, pálido ayer,
cuándo aprenderemos el
arte de vivir el preciso momento!