La rectora no tiene quién le escriba

Así pues, ante los consabidos problemas en la institución educativa, el sector mayoritario llevó al Comité de Cafeteros a faltar a su deber con esta institución clave para el sector cafetero y agropecuario de la región. Como el avestruz, optaron por meter la cabeza entre la tierra.

 

Por: Duberney Galvis Cardona

Tiempo después de conocerse la apertura de las investigaciones del Ministerio de Educación Nacional MEN sobre la Corporación Universitaria de Santa Rosa de Cabal, UNISARC –caso con más seguimiento en la prensa nacional que la regional–, el Comité Departamental de Cafeteros de Risaralda, gremio que preside el Consejo Superior de la UNISARC, aprobó el envío de una carta en la que le pedía a la rectoría de la señora Elizabeth Villamil Castañeda que dejara a las instancias directivas en libertad para disponer de su cuestionado cargo.

La carta fue propuesta por el delegado de Marsella ante el Comité, el señor Gustavo Ortiz, a quien en sesión del gremio en pleno le encargaron redactarla para posteriormente presentarla ante el Consejo Superior. Tras ser aprobada su versión final, misteriosamente la misiva nunca llegó a su destino. Los mensajeros la engavetaron. Hecho que coincidió con el avance de la campaña del hoy senador Alejandro Corrales, del Centro Democrático, quien apuntaló parte de su estructura electoral desde el Comité Departamental de Cafeteros.

Todo parece indicar, hasta ahora, que los delegados del comité encargados de entregar la carta fungieron como una especie de árbitro sin pacto (Arbiter ex nudo pacto). Tampoco hubo mayor reclamación en el seno del Comité por el hecho que la carta no llegara a la institución en la que, como gremio cafetero, tienen poder de decisión.

Para el efecto, tienen representación en la UNISARC el director ejecutivo del Comité de Cafeteros, elegido por este, y los representantes de las Cooperativas de caficultores de Santa Rosa de Cabal, Marsella y del departamento de Risaralda.

Además, al Comité lo atan a la universidad varios convenios interinstitucionales. Algunos incluyen becas que asignan a los cafeteros sin que aún exista plena claridad del mecanismo para otorgarlas, y la información solicitada al respecto siempre tropezará con el muro de que la Federación es regida por el derecho privado.

Así pues, ante los consabidos problemas en la institución educativa, el sector mayoritario llevó al Comité de Cafeteros a faltar a su deber con esta institución clave para el sector cafetero y agropecuario de la región. Como el avestruz, optaron por meter la cabeza entre la tierra.

Lo demás podría hilarse en la idea que entre bomberos no nos pisamos la manguera. La rectoría es de probada inclinación hacia el grupo político del uribismo. La asesoría jurídica bajo su poder, al frente de procesos de despido contra los profesores que inicialmente alertaron sobre lo que ocurría en la institución, está en manos de la abogada María Clara Buitrago, hija de quien fuera viceministra y ministra encargada en el gobierno de Uribe, Luz Estela Arango de Buitrago, defensora principal de la rectora en sus procesos jurídicos.

De modo que hay hechos que en teoría explican por qué la famosa carta fue archivada. Es que además de apartar del cargo a la rectora, hacía énfasis en su papel en los cuestionamientos y la imagen de la institución, consecuencia de las investigaciones administrativas del MEN.

También resaltaba la misiva la reducción de más del 50 por ciento de la población estudiantil. De igual manera, dedicaba un párrafo a un tema sensible que es conocido en el ambiente de la Corporación como el ‘articulito 43`, al que califican en el escrito engavetado como la vulneración de los estatutos que han comprometido la ética y el buen gobierno.

El artículo 43 de los estatutos fue el que esquivó la rectora con astucia propia, abriendo así una vía para poder nombrar a su hijo –Ricardo Sánchez– en un importante cargo en la universidad, maniobra que ha sido denunciada como un caso de nepotismo.

No obstante, Alejandro Corrales, exdirectivo del Comité de Cafeteros, corrió con mejor suerte que la UNISARC, ya es senador.

De su campaña queda un significativo recuerdo, en el foro de candidatos –muy a su medida– celebrado en esta universidad. La rectora abrió el certamen manifestando “la democracia es el gobierno del pueblo…”; claro que en favor del manido preludio podrá alegar que el mensaje de los representantes del pueblo cafetero, aunque se hubiese escrito, nunca llegó.