La constante entrada de turistas proporciona recursos adicionales que ingresan a Parques Naturales y ayudan a conservar estos ecosistemas naturales de todo el país, pero al ser un parque de gran extensión, no ha sido posible llevar un turismo controlado y responsable.

Foto: Gabriel Bayona
Por: Valentina Castaño Marín y Esteban Cárdenas Martínez
En treinta años, Colombia no tendrá nevados. Así lo afirma el libro ‘Glaciares de Colombia, más que montañas con hielo’, que el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) acaba de publicar. En el Parque Nacional Natural Los Nevados, las autoridades son conscientes de ello y han elaborado planes de manejo ambiental preparándose para el impacto que esto tendrá en el eje cafetero y Tolima. Sin embargo, la realidad indica que la nieve no es el único problema que enfrenta el parque.
El Parque Nacional Natural Los Nevados es una de las 51 áreas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Con una extensión de 58.300 hectáreas, y alturas que van desde los 2.600 hasta los 5.321 metros, se encuentra en once municipios de los departamentos de Quindío, Caldas, Risaralda y Tolima.
El área tiene una gran importancia hidrográfica, pues allí nacen innumerables fuentes de agua. El deshielo producido por las nieves y antiguos cráteres volcánicos originan los cauces iniciales de los ríos que conforman, dentro del parque, 10 subcuencas y 19 corrientes. Seis de estas desembocan en el río Magdalena y cuatro en el Cauca, siendo las más destacadas los ríos Combeima, Chinchiná, Quindío y Otún.
En total, esta red hidrográfica suministra el agua necesaria para el consumo de más de dos millones de habitantes del eje cafetero, gran parte de las zonas arroceras y algodoneras del departamento del Tolima y mantenimiento de las necesidades agroindustriales de valles del río Cauca y Magdalena.

Foto: La Patria
Turismo, ¿preserva o afecta?
El parque se encuentra bajo el modelo del ecoturismo. Esta es una estrategia de Parques Naturales de Colombia que promueve la conservación gestión, contribución al manejo efectivo del sistema de las áreas protegidas, generación de beneficios sociales, educación y aporte de la sostenibilidad financiera. Pero tal parece que no todo son beneficios bajo este modelo de turismo. La falta de educación del turista ha provocado daños en el ecosistema de páramo y bosque altoandino que representan el 74.3 por ciento del total de hectáreas de Los Nevados.
Ocho años tuvo el parque sus puertas cerradas al turismo debido a la erupción del Volcán Nevado del Ruiz, en 1985. Pero tras su reapertura, el crecimiento de turismo se ha disparado. Cada año, el lugar es muy publicitado en el mundo debido a que lo visitan las participantes del Reinado Internacional del Café, evento que se celebra en el marco de la Feria de Manizales.
La constante entrada de turistas, proporciona recursos adicionales que ingresan a Parques Naturales y ayudan a conservar estos ecosistemas naturales de todo el país, pero al ser un parque de gran extensión, no ha sido posible llevar un turismo controlado y responsable.
“Muchas personas entran al parque sin permiso, se suben por la laguna del Otún o por Santa Rosa, Tolima o Salento. Hacen camping, encienden fogatas y es cuando generan problemas. Todo ese turismo no controlado es el que genera impacto en el ecosistema”, afirma Miguel Ángel Dossman, docente de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira
Parques Naturales afirma que los Nevados tienen 58 mil hectáreas y la entidad sólo cuenta con 10 operarios para protegerlas. Es decir, a cada operario le tocaría responder en promedio, por 5.800 hectáreas, algo que en la práctica resulta imposible. Es entonces cuando Los Nevados quedan, debido a la falta de personal y gran extensión, a merced de los que ingresan clandestinamente al parque y que no practican el ecoturismo.
“Hay impactos por pisar humedales, modificar condiciones de ciertas zonas frágiles. El parque tiene una zonificación y hay zonas que las llamamos zonas intangibles, zonas donde preferiblemente son para observar, para deleitarse con la naturaleza, pero no para estar ahí un periodo de tiempo de dos o tres días acampando”, concluye Dossman.
Todo esto genera problemas de basuras, vandalismo, pesca ilegal que afectan la flora y fauna de los páramos. El parque también es único pues en él se encuentran especies que no existen en ningún otro lugar del mundo, como lo son el perico de los nevados y el colibrí de páramo. En enero de este año se produjo un incendio que consumió 400 hectáreas aproximadamente y que habría sido ocasionado por pescadores que dejaron una fogata encendida ocasionando daños irremediables para la flora y fauna del sector.
Los incendios son justamente una de las causas que más afectan al parque. Debido a su frágil ecosistema, la zona puede llegar a tardar más tiempo en recuperarse de las llamas para volver a su estado original. En el año 2007 se produjo un incendio que consumió 3.500 hectáreas de vegetación del Parque Natural de Los Nevados. Se estima que la recuperación de la zona debido al desastre tomará alrededor de 200 años.
“El parque tiene muchas entradas, no se puede poner un policía en cada lado. Es que se da información, se dan las instrucciones, pero la gente es indisciplinada”, dice Eduardo Londoño, funcionario de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder).
Existen también presiones por parte del sector turístico de Caldas. A través de Los Nevados se mueve gran parte de la economía en la región e, incluso, algunos la consideran el motor del desarrollo del departamento. Debido a esto, se ha abierto el parque por su zona norte (entrada por el municipio de Villamaría) por periodos de tiempo cortos para el acceso de turistas, aunque la zona se encuentre en peligro debido a la constante actividad volcánica.
Lo que está y no está protegido
Las zonas amortiguadoras tienen un fin primordial y es disminuir el impacto de las actividades humanas sobre el área que se quiere proteger. El problema con estas zonas es que al no contar con una protección como en los Parques Naturales, no está exenta de actividades de gran impacto ambiental, principalmente la minería.
Tanto la delegación minera de Caldas, como Parques Nacionales, afirman que no existe minería dentro de los páramos pues está prohibida. Pero distinto es el informe de la Agencia Nacional Minera (ANM) que establece en un documento expedido el 13 de marzo de 2013 que existen cuatro títulos mineros dentro del parque. De estos, tres corresponden a la empresa minera AngloGold Ashanti, involucrada en diversos proyectos mineros en el país. Según el portal semana.com, la multinacional renunció a los títulos mineros dentro del parque.
Para la ANM, tener títulos en parques naturales no es una amenaza para los recursos naturales puesto que para hacer minería se necesitan dos cosas: tener el título y la licencia ambiental. Debido a que solo se tiene lo primero, para ellos no hay problema que particulares tengan títulos. Por otro lado, Parques Naturales de Colombia afirma que los títulos tal y como dijo la Procuraduría General de la Nación, se deben restringir y excluir de los parques. Según el ente público, mientras una persona tenga un título, va a tratar de sacar provecho de él.
Por ejemplo, para Dossman, nunca debieron darse las negociaciones en La Colosa (yacimiento minero a 15 km de Cajamarca) pues, para él, esta es una zona de amortiguación. Además la zona presenta un ecosistema de bosque alto andino, en donde se encuentran especies endémicas importantes y que se verían afectadas como también lo estaría toda la dinámica hidrológica.
La contaminación que produce la extracción de oro debe reglamentarse. No se puede esperar que en ecosistemas tan importantes para la preservación del medio ambiente se encuentre elementos tan contaminantes y más aún cuando están cerca de cuencas hídricas. Entre los impactos ambientales más relevantes provocados por la pequeña minería se encuentra la contaminación con mercurio, cianuro, daño en los ríos en áreas de inundación, ríos convertidos en lodo, daño por erosión, deforestación y destrucción del paisaje.
“Si priman los intereses económicos que pueda tener el gobierno al dar ese tipo de licencias a extractoras sin tener en cuenta los impactos que va generar, va a ser un problema siempre”, afirma Carlos Pérez, docente del Programa de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica de Manizales.
Según la Delegación Minera de Caldas, hay una mina de extracción de oro cerca al municipio de Villamaría (paso obligado para el acceso al parque por la zona norte) operada por la canadiense Río Novo. La mina no se encuentra dentro del parque natural, pero hace parte de lo que se considera zona de amortiguación de Los Nevados. En estos momentos el Gobierno Nacional mantiene suspendidas las licitaciones para la concesión minera.

Lo que ocurre dentro del área
El parque se ha visto amenazado por todo tipo de problemas con las personas que habitan en él, sobre todo desde su creación en el año 1973. Con la ayuda de gobernaciones y corporaciones autónomas regionales, se logró la compra de predios a campesinos que habitaban en el sector. Pero algunos no abandonaron la tierra a la que llegaron o que heredaron de sus padres y que hoy habitan dentro del Parque Natural.
Algunos campesinos han pasado del cultivo de papa al ganado extensivo. Para Parques Naturales, este tipo de actividad económica afecta en gran forma el parque pues los bovinos entran a veces en humedales y destruyen zonas vulnerables. Los campesinos, por su parte, contradicen estas afirmaciones y dicen que ellos cuidan el medio ambiente en el que se encuentran, pues su ganado no es extensivo sino controlado.
Al respecto, Carlos Pérez propone que se deben ofrecer alternativas reales para el desarrollo económico de las familias sin tener que afectar las áreas de protección. “Muchos humedales se están viendo afectados por los cultivos de papa o por la introducción de ganado. Si no se le ofrece a esas personas unas alternativas claras para su desarrollo eso va seguir impactando”, afirma.
Según Parques Naturales, el problema no son todos los campesinos, sino algunos, y cuando no cumplen con la ley y son hallados en flagrancia, se les procede a decomisar los animales. La posible solución que ven para la preservación del parque es la compra de predios a las personas que se encuentran, pero la entinad no cuenta con los recursos para hacerlo.
“Hay una acción que podría ayudar al parque pero también es muy discutible y es adquirir predios. Hay gente responsable y otros que son propietarios ausentes. Lo que sugeriría es comprar los predios de las personas que no viven en el parque para dejarlos en conservación”, dice Eduardo Londoño, funcionario de la Carder.

¿Qué le espera al parque?
Debido al calentamiento global no se podrá evitar el derretimiento glaciar de los Nevados. Se tendrán que buscar nuevos caminos para atender a los desafíos que estos presentan, pues tal como sentencia Carlos Pérez, “afecta principalmente la regulación hídrica de las cuencas que se abastecen de este, pues ya no habrá una masa que esté almacenando toda esa cantidad de agua”.
El agua que sale del Parque Natural depende principalmente de los páramos y en menor medida, del glaciar y el bosque altoandino. Cuando los glaciares desaparezcan, será de vital importancia encontrar la forma de llenar ese espacio dejado por el derretimiento, pues mientras esto pasa, la región que abastece el parque sigue creciendo.
Si bien el gobierno nacional duplicó el presupuesto de Parques Nacionales para el año 2013, este solo alcanza a ser el 0.028 por ciento del presupuesto nacional. Para muchos, eso no alcanza a cubrir todos los parques de manera completa pues son áreas extensas y hay escaso personal.
Tanto para el funcionario Londoño como para el docente Pérez, el problema es de educación ambiental de las personas que visitan el parque. “Las instituciones lo que pueden hacer es cuidar los bosques, las fuentes de agua, crear aéreas protegidas, mantenerlas, administrarlas bien, evitar incendios en la zonas de páramos, pero no pueden poner un policía en cada esquina. Eso es un problema de conciencia de la gente”, manifiesta Londoño.
El tema está en la mesa y tanto Parques Nacionales como las diferentes corporaciones saben lo que se viene, pero a su vez, tienen en cuenta que se necesitan más recursos para el sector ambiental y que se cree una conciencia ambiental en las personas ya que son estas la beneficiadas del parque y a su vez, las protectoras.