Trump, más allá del muro

   

Cuando a los escritores de los Simpsons se les preguntó por qué habían escogido la figura de Donald Trump para preceder a Lisa Simpson como presidente de los Estados Unidos, respondieron que la elección del magnate parecía lógicamente ‘la última parada antes de tocar fondo’, una prueba de que ‘América había perdido la cordura’. A juzgar por las multitudinarias marchas de la mujer y las protestas por el veto anti-inmigrante, una gran parte del mundo occidental parece estar de acuerdo con esta apreciación.

 

Por Alexandra Garcia M.

El reporte del forense

La necropsia ya está hecha. Por un lado, los republicanos bombardeados 24/7 por FOX news sobre como el tirano keniano musulmán conspiraba para quitarles sus armas no permitirían que, después de aguantarse a un negro por ocho años, ocupara la Casa Blanca una mujer, en cuyos pantalones veían, los machos una afrenta a su hombría, y las mujeres, una amenaza a su derecho de ser mantenidas y protegidas por un hombre. Los demócratas e independientes, por su parte, no le perdonaron a Hillary su deshonestidad en la contienda con Bernie Sanders, el otro precandidato demócrata, sus vínculos con Wall Street y su pobre récord ambiental. Y la antigua clase media, herida por la globalización materializada en el NAFTA de Bill Clinton, pensó, erróneamente, que el enemigo de su enemigo era su amigo. Y digo erróneamente porque los lagartos del pantano de Washington, el cual Trump prometió drenar, están más voraces que nunca. Para la muestra un botón: el nuevo secretario de hacienda, Steve Mnuchin, uno de los hijos favoritos de Wall Street, se hizo tristemente célebre por expropiar a las viudas de sus casas, en una ocasión por un error de 27 centavos.

 

¿Mama, qué será lo que tiene…?

El ascenso del septuagenario naranja no debería sorprender a los latinoamericanos que por décadas hemos padecido los gobiernos de los patriarcas macondianos recubiertos de una gruesa capa de teflón. ¿Que Uribe es paraco? Para eso lo pusimos, para que mate guerrilleros. ¿Que Chávez es corrupto? No importa porque le da duro a los ricos. ¿Que Trump ‘agarra el coño’ que se le antoje? No voy a casarlo con mi hija; sólo quiero que me dé un trabajo construyendo el muro. El populacho los absuelve de pecados tanto veniales como capitales con tal de que aparenten cumplir con la misión de protegerlos del enemigo, llámese Farc, ISIS o la oligarquía. Son machos alfa golpeándose el pecho, amenazando con darle en la jeta, o ‘bajar’ hasta a los hijos de los terroristas. Es como si parte de la sociedad se encontrara mentalmente en las sabanas de África, amenazada por las hienas de la globalización, buscando refugio en el líder del rebaño.

Esta propensión a confiar en un mesías tiende a ser más común en personas de ideología conservadora (la cual puede ser tanto de derecha como de izquierda). Se caracteriza por la nostalgia por la pérdida de la grandeza nacionalista  y las tradiciones. El cambio los aterroriza, a menos que sea un movimiento retrógrada. Cogen impulso para echar para atrás. De ahí el ‘Haz a América grande OTRA VEZ‘. Ante la pregunta de cuándo fue ese mítico momento histórico cuando América fue grande, muchos tropezaban al ser confrontados con la historia ¿la esclavitud? ¿la segregación? ¿Vietnam? Usualmente, este anhelo por el pasado viene acompañado de altas dosis de racismo, misoginia y homofobia, alimentados por un fervor religioso para el cual no hay peores pecados que la homosexualidad y el aborto. En esta lógica, Putin, ha surgido como el nuevo ídolo de grupos ‘cristianos’ porque ¿qué importa que bombardee niños sirios y legalice la violencia doméstica si echa a la cárcel a los gays? Y ahora, esta imagen está circulando por los muros de los evangélicos. La disonancia cognitiva no puede ser más estridente. Con la lista de amoríos y bacanales que él mismo admite, cuáles son las probabilidades matemáticas de que el aprendiz de presidente no haya pagado por un aborto?

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Seguramente la imagen ilustra a Jesús re-escribiendo Levítico 19:34 en el veto anti-inmigrante:

34 Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.

Pero como dijo Mark Twain (según los 30 mil memes que encontré en Internet):

Es más fácil engañar a la gente que convencerla de que han sido engañados.

Señores y señoras del jurado, la prueba número uno. La ciudad de Veles en Macedonia está experimentando un boom económico a costillas de la credulidad de los americanos que usan gorras rojas hechas en China. Un puñado de adolescentes de este remoto rincón del planeta decidió probar suerte creando noticias sensacionalistas sin ningún asidero en la realidad que sedujeran a los internautas. Al principio publicaron historias que perjudicaban tanto a Trump como a Hillary. Pero al poco tiempo descubrieron que la gallina de los huevos de oro se encontraba entre los seguidores de Trump, quienes compartían millones de veces noticias tan descabelladas como que Hillary  controlaba una red de tráfico de menores,  a quienes mantenían recluidos en el sótano de una pizzería en Washington. Un ciudadano enardecido llegó armado al establecimiento, que resultó ni siquiera tener sótano, dispuesto a liberar a los niños. La acción de la policía alcanzó a prevenir una tragedia.

Lo que hizo millonarios a los macedonios fue identificar los puntos sensibles que enfurecieran a los republicanos. Cegados por la ira y motivados al encontrar validación a sus ideas preexistentes, propagaban la información como un virus sin el más mínimo intento de comprobar su veracidad. Julia Galef, co-fundadora del Centro para la Racionalidad Aplicada, llama a esta actitud ‘mentalidad de soldado‘. En quienes la exhiben, el sentido de identidad está fuertemente ligado a sus creencias, por lo cual un ataque a una idea es un ataque a su integridad. Por lo tanto, las ideas se defienden, en algunos casos de manera literal, a muerte. Un ejemplo palpable es la retórica de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) sobre el derecho a portar armas, la cual ha impedido incluso que a sospechosos de terrorismo, personas con enfermedades mentales severas, o niños de cuatro años, les sea prohibido comprar un rifle de asalto. Por el contrario, la ‘mentalidad de explorador’ es típica de personas curiosas, de mente abierta, quienes se encuentran siempre en búsqueda de una percepción más clara de la realidad.

Esta dicotomía es similar a la planteada por el matemático e historiador Jacob Bronowski en ‘El Ascenso del Hombre’ [sic]: la diferencia entre ‘conocimiento’ y ‘certeza’. El conocimiento te permite hacer borrón y cuenta nueva frente a nueva evidencia, como lo hizo la física ante la divisibilidad del átomo, un oxímoron (a: sin/ tomon: corte); o crear nuevas categorías para clasificar el mundo, como la biología al pasar de tres reinos de la naturaleza a cinco. Las certezas, por el contrario, nos poseen cual íncubo. Somos esclavos de ellas. Bill Clinton resume efectivamente el shock causado por el derrumbe de una certeza al referirse a la indignación pública desatada por el astrofísico Neil De Grasse Tyson al replantear la conformación de nuestro sistema solar:

“Cuando Plutón fue bajado de categoría, me di cuenta de que lo poco que sabía había sido tirado por la ventana. Fue una experiencia traumática”.

Los demagogos como Trump (o Uribe o Chávez) ofrecen certezas simples fáciles de digerir y muy nutritivas para el sentimiento de rabia. No hay empleo: es culpa de los mejicanos. ¿Cómo los detenemos? Construimos un muro. ¿Quién lo paga? Ellos. No existen los fenómenos complejos, las causas múltiples, las trayectorias no lineales. Eres bueno o malo, mi amigo o mi enemigo. Esta visión del mundo es común entre los niños pequeños. A los cuatro años, cuando están aprendiendo las normas de convivencia, los adultos cimentamos la visión binaria: ‘comer con la boca llena’: malo, ‘pegarle al hermanito’: malo, ‘obedecer’: bueno. Y ¿estar triste?¿enfurecerte cuando alguien te maltrata?¿reírte a carcajadas? Dos etiquetas no alcanzan para clasificar la complejidad y la relatividad de la experiencia humana. Como escuché decir a un científico: ‘Si algo me ha enseñado la biología es que TODOS los sistemas de vida existen en un continuo, no un binario’.

 

El proyecto latente

Hace más de veinte años ya,  pregunté a uno de los intelectos que más admiro, la doctora Gillian Moss, qué era hermenéutica. La palabreja aparecía en cada conferencia y siempre lograba despistarme. A pesar de haber consultado su significado en varias ocasiones, no lograba fijarla en mi memoria. Su respuesta es de las pocas frases que soy capaz de citar palabra por palabra.

“Hermenéutica es buscar bajo las palabras el modelo, y bajo el modelo, el proyecto latente”.

¿Cuál es la hermenéutica entonces de este resurgir de una patria boba global? ¿Por qué en pleno 2016 han renacido estas figuras que con base en mentiras hacen un travesti de la democracia consiguiendo que los ciudadanos voten en contra de sus propios intereses?Muchos de los republicanos que exigen la abolición del Obamacare están asegurados por el Affordable Care Act, o sea el mismo sistema de salud. Los distritos de Inglaterra que votaron mayoritariamente Si a la salida de la Unión Europea eran quienes más subsidios recibían de la misma. Y, por supuesto, los colombianos votaron NO (o no votaron) a refrendar unos acuerdos de paz que nos dejan las menores cifras de muertos en más de 40 años. ¿Quién mueve los hilos detrás de estas movilizaciones? ¿Cuáles son sus objetivos e intereses? ¿Es que no aprendimos nada del Holocausto Nazi?

Para hallar la respuesta hay que escarbar detrás de la figura de Trump. Cuatro meses antes de finalizar la campaña, cuando la broma en Washington era que nadie sabía quién sería LA próxima presidente, se le apareció un ángel a la campaña de Trump: Stephen Bannon. Este personaje, quien ahora goza de un puesto en el Consejo de Seguridad Nacional, a expensas de la cabeza del ejército, es quien maneja los hilos de la Casa Blanca. Si algunos ven en Trump a un bufón, Bannon es el personaje de temer. El hashtag #PresidentBannon le hizo ganar la portada de la revista TIME.

bannon

La misma Casa Blanca aceptó que es él el autor del apocalíptico discurso de inauguración y la mayoría de las órdenes ejecutivas, las cuales Trump lee como si por primera vez. Esta especie de Iago, sembrando cizaña en un Otelo iridiscente, fue director de Breitbart News, un portal noticioso famoso por  la publicación de ‘hechos alternativos’ desde una perspectiva claramente racista y homofóbica. Él mismo se describe como un anarquista, una especie de Lenin que quiere “destrozar todo”. En una entrevista en Vanity Fair, dejó clara su visión del papel de Trump en su plan maquiavélico:

“Trump es un burdo instrumento para nosotros”…”No sé si él realmente lo entiende o no”.

En su visión del mundo, “estamos en guerra” con el radicalismo musulmán y posiblemente con China. Y el estar en guerra no es un último recurso, sino una condición necesaria y deseable para progresar. Clasificar cualquier lucha como una guerra además legitimiza el uso de la violencia. Los soldados no ‘asesinan‘ al enemigo, sino que defienden la patria y arriesgan sus vidas heroicamente. Levantamos monumentos a los soldados caídos y llenamos nuestros libros de historia con batallas porque el ir a la guerra, en nuestra cultura, es un honor.

Otra de mis madres académicas, la dra. Annabelle Lukin, encontró que los textos que hablan de guerra, rara vez mencionan la palabra violencia. Parece que estos términos se repelieran como dos polos negativos. Una búsqueda en Google revela que sólo el 5% de las páginas que contienen  la palabra ‘guerra’ incluyen la palabra ‘violencia’. A los colombianos, esta cifra nos ha de parecer extraña. He aquí la razón: el 96% de las páginas que mencionan guerra y violencia se refieren a Colombia. Nos hemos definido como una nación en guerra por más de 50 años y el definirla así permite que se justifiquen acciones tan aberrantes como la Masacre de El Salado, como lo hizo Castaño en su momento:

Yo lamento que situaciones como ésta se presenten, pero ante todo, yo creo que se está evitando un  mal mayor con una incursión como ésta, dura, sí, fuerte, sí, difícil que el país la entienda, no tiene aceptación de ninguna manera, pero yo creo que las cosas que se impiden con acciones como éstas, a largo plazo, son muchísimas”.

 

La mano negra

Pero hay una fuerza más oscura y poderosa que Bannon. Éste es al fin y al cabo un solo hombre, que, al haber sido identificado por la prensa como el titiritero, ha herido el delicado orgullo de Trump. No sería de extrañar que lo despidiera en vivo en alguna conferencia de prensa. Más temible es la posible relación con Putin. Si este influyó la campaña por medio de Assange, está por probar, pero la afinidad que muestra Trump hacia él no tiene precedente en la política norteamericana. Al ser cuestionado por su admiración por Putin, siendo éste un asesino, Trump respondió “¿Tu crees que nosotros somos tan inocentes?”.  Es la primera vez en la historia que un presidente de los Estados Unido admite lo que todos sabemos, que el Imperio también mata (y mata más que ISIS y Al-Qaeda juntos). Obama, con su carisma y su premio Nobel de Paz, hizo que los niños de Pakistán le teman a los cielos azules. Para reducir las víctimas civiles en sus ataques con drones simplemente declaró que todo muerto en un ataque de dron es un terrorista. Problema resuelto!

Pero ‘tu quoque’ no es suficiente para calmar los nervios sobre Putin como líder mundial. Desde que Trump se instaló en el 1600 Pennsylvania Avenue, los rebeldes ucranianos, financiados por Moscú, intensificaron sus ataques. La mano de la KGB dejó sus huellas en la  financiación y propaganda de las campañas del Brexit y Marine Le Pen, la versión Trump francesa. Hasta ahora, Le Pen va de líder en las encuestas y de ganar, garantizaría la desintegración de la Unión Europea. Sin ésta, y la OTAN sin el apoyo económico y militar de los Estados Unidos, Putin tendría vía libre para reconstruir a sangre y fuego la antigua Unión Soviética.

Europa se ha encontrado en las manos de Putin al obtener de éste el gas para calentar sus casas en el gélido invierno. Washington trató de mantener a Putin a raya en dos frentes: a través de sanciones económicas que bloquearon, entre otras cosas, un proyecto de un gasoducto de la Exxon Mobile en Rusia por un valor de U$500 mil millones y estimulando la independencia energética de Europa a través del ‘fracking’, sistema para extraer gas natural de la tierra con nefastas consecuencias ambientales.

¿Cómo ha cambiado el panorama desde la victoria de Trump? El nuevo secretario de Estado es nada menos que Rex Tillerson, hasta el año pasado CEO de Exxon Mobile a quien Putin otorgó la ‘orden de la Amistad de Rusia’. Trump también ha levantado sanciones a la FSB (la CIA rusa). El Kremlin está de fiesta.

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Lo que se viene

Como pitonisa no valgo la suela de mis zapatos, pero calculo que el establecimiento republicano va a soportar a Trump lo suficiente para que no digan que no le ‘dieron la oportunidad’ y así no echarse a los votantes en contra. Luego lo procesaran por traición a la patria o por sus conflictos de intereses, o encontraran alguna cinta con contenido suficientemente embarazoso (las famosas lluvias doradas, tal vez) para hacerlo renunciar. La alternativa, no quiero ni pensarla.

@alexgarciam