Dos historias. La primera tuvo lugar hace veintiséis años en Colombia cuando un festival de teatro entró en polémica con la Iglesia católica, lo que llevó a fanáticos religiosos a atentar contra aquél. La segunda hace veinticinco años cuando un escritor indo-británico empezó a vivir un infierno de muchos años por la publicación de una obra suya que autoridades islámicas chiíes consideraron blasfema.

Escena del montaje original de Teledeum estrenado por Els JoglarsImagen: http://www.biografiasyvidas.com
Por: Jaime Flórez Meza
El acto de fe que contrarió a una fe
La obra que había traído la compañía brasileña era Teledeum, del dramaturgo catalán Albert Boadella, una irreverente y polémica sátira del mundo de los medios masivos de comunicación y de las iglesias cristianas. La reacción de la Iglesia católica local no se hizo esperar: de por sí molesta por la realización de un festival de teatro durante la semana santa, no sólo censuró la obra y al grupo, entre otras cosas por el “teatro invisible” de éste en Eldorado -que juzgó ofensivo-, sino que invitó al público bogotano a boicotear el festival -que calificó de ateo- no asistiendo a ninguna función del evento. La jerarquía católica, en cabeza del arzobispo de Bogotá, incluso llegó a decir que los espectadores que vieran la obra Teledeum quedarían automáticamente excomulgados. La censura desató un debate artístico-filosófico-místico entre defensores del arte y de la libertad de expresión y detractores de un arte que juzgaban pernicioso y ateo en un país de fuerte tradición católica y conservadora.